quarta-feira, 12 de agosto de 2015

O grito de revolta de Sebastian Castella perante o ataque de anti-taurinos e políticos contra a Festa

O matador de touros Sebastian Castella dirigiu uma carta ao director do site mundotoro.com que é reveladora do que passa actualmente em Espanha. Não só, e exclusivamente com os anti-taurinos mas, com os novos políticos que chegaram agora em Maio ao poder em muitas das autonomias do país vizinho. Aliás, pude ler há alguns dias um levantamento exaustivo do número de praças em que se deixou de dar touros, quer na Comunidade de Madrid, Valência ou norte de Espanha, e o que está para vir com estes ‘Pudemos’ e outros que tais. Fariam da Espanha uma outra Grécia se tivessem a maioria em eleições para o Congresso espanhol, com o que consta das suas propostas eleitorais.
Nós por cá vamos tendo os anti-taurinos à porta do Campo Pequeno, agora mais recentemente em Alcochete mas, não nos pudemos esquecer dos políticos. Não pudemos apagar da memória o caso de Viena do Castelo, da praça de Cascais. Temos que estar atentos a tudo isto. Já pensaram os meus amigos visitantes deste blogue há quanto tempo não vai um Presidente da República presidir a uma corrida no Campo Pequeno (?). Quais são os partidos que já manifestaram o seu apoio incondicional à Festa dos Touros. Não fôra as autarquias e associações a defenderem o nosso património histórico e cultural e, se calhar, a realidade era outra. E aqui não se matam os touros na praça. Vão morrer às mãos do magarefe ao matador…
Não nos atrevemos a transcrever o castelhano para português mas, hoje por hoje, todos os aficionados, uns melhor, outros menos, entendem a língua do país vizinho e vão ficar a saber o que pensa de tudo isto Sebastian Castella.

Carta al director Sr. Director: 



Mi nombre es Sebastián Castella y soy matador de toros. Sé que en los tiempos que corren no es la mejor carta de presentación, pero precisamente por eso me dirijo a usted, cansado de que los toreros nos hayamos convertido en moneda de cambio política y nuestra imagen sea vilipendiada día tras día en el panorama informativo. Soy francés, afincado en España desde hace casi veinte años. Siempre he admirado a los españoles como pueblo que, históricamente, ha defendido y luchado por su libertad. Y ahora, sinceramente, no lo reconozco. Cada día presencio con estupor cómo se vulneran derechos fundamentales que, como ciudadano europeo, me corresponden: el derecho a la libertad y la seguridad que reconoce el artículo 6 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea; el derecho a la libertad de pensamiento recogido en el artículo 10 del mismo documento; el derecho a la libertad de expresión y libertad de las artes amparados por los artículos 11 y 13 de dicha carta; o la prohibición de cualquier tipo de discriminación reconocida por el artículo 21 de ese mismo documento. Si de las leyes españolas hablamos, como ciudadano francés residente en España me irrita ver cómo se vulneran diariamente, cuando al toreo se refiere, los artículos 14 (“Los españoles son iguales ante la ley”), 18 (“Se garantiza el derecho al honor”), 20 (“Se reconocen y protegen los derechos […] a la producción y creación artística”) ó 35 (“Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo”). Porque, en efecto, aquellos que estamos en el mundo del toro, como profesionales o como aficionados, somos ciudadanos de segunda, a quienes se nos cercena nuestra libertad de expresión y creación artística en nombre de una presunta corriente animalista que no encierra más que una persecución política e ideológica. Se vulnera nuestro derecho al honor acusándonos día tras día de “asesinos” y se nos priva de nuestro derecho al trabajo cerrando plazas por capricho de quienes, enarbolando la supuesta bandera de la progresía, se creen en el derecho de arrebatarle la libertad a un pueblo que necesita gobernantes que gobiernen por y para todos, incluidos los que les gustan los toros, que somos unos cuantos millones por toda España. El problema, Sr. Director, es que está mal visto decirlo. Pero o se acaba el tiempo de la vergüenza o se acabará el nuestro. Y primero cercenarán nuestra libertad, y después seguirán muchas otras. Por eso desde estas líneas quiero hacer un llamamiento no solo a los aficionados a los toros o a los que alguna vez han pisado una plaza, sino a todos aquellos que quieren un país libre, libre de verdad: vamos a juntarnos, a darnos la mano; vamos a alzar la voz y a decir con orgullo que queremos ejercer nuestra libertad para ir a los toros sin que nos acorralen en las puertas de las plazas; para decir que nos gustan los toros sin que nos llamen asesinos. Porque hoy son los cosos taurinos, pero mañana será cualquier otra manifestación artística que no les caiga en gracia. El pensamiento único es así. El toreo no es de izquierdas ni de derechas. No es político. Es de poetas, pintores y genios. De Lorca y de Picasso, dos artistas poco sospechosos de fascistas ni asesinos. Es del pueblo. Salgamos del armario y llenemos las plazas. Tomemos las calles. Son tan nuestras como de los prohibicionistas. Y nosotros somos más. Y podemos gritar más fuerte. Diría que es la hora de indignarse, pero no quiero usar palabras manipuladas de antemano. No hay mayor verdad que la de un hombre ante un toro bravo. En nuestra mano está que no nos la quiten. Atentamente, Sebastián Castella -

Sem comentários:

Enviar um comentário